Creado por Organovo , primero serán utilizados en la industria farmacéutica para luego poder ser trasplantados directamente en pacientes. ...
Creado
por Organovo, primero serán utilizados en la industria farmacéutica para luego
poder ser trasplantados directamente en pacientes.
Desde
que apareció la impresión 3D se ha comentado acerca de la posibilidad
de crear órganos a voluntad. Pues bien, Organovo ha creado el primer hígado impreso en 3D que
permitirá usar el tejido humano para investigaciones científicas. Lo
interesante es que este “producto” ya fue aprobado por las principales agencias
internacionales de salud, y podría
comenzar a comercializarse a partir del 2014.
El
hígado impreso es más que tejido; también puede realizar funciones propias del
órgano, las que puede mantener eficientemente por más de 40 días después de su impresión.
“La validación adicional de las funciones
del hígado impreso de Organovo continúa demostrando el poderoso rendimiento de
estos tejidos” dijo Keith Murphy, gerente la empresa. “En abril tan solo
éramos capaces de mostrar las funciones del hígado por 5 días, y ahora hemos
demostrado un rendimiento consistente por más de 40 días”.
Los
hígados impresos tienen medio
milímetro de ancho por 4 milímetros de largo, y funcionan de manera muy
similar a un hígado real. Actualmente los investigadores utilizan células de
hígados para determinar la toxicidad o el impacto de drogas, pero el hígado
impreso es mejor. No solo permite
probar la toxicidad, sino que también permite observar la evolución del impacto
de las drogas, la degeneración celular producida y otras
alteraciones.
“El
primero de nuestros productos será
comercializado durante el 2014, y se utilizará principalmente en
toxicología, por clientes farmacológicos” dijo Murphy.
Pero
eso no es todo: el siguiente paso de Organovo es desarrollar hígados a escala real, los
que podrían ser directamente trasplantados en pacientes.
Es un
avance bastante interesante que imaginábamos hace algún tiempo, pero que nadie
había logrado materializar al punto de la comercialización. La cuestión es:
dado que la demanda de órganos es por causas de vida o muerte,¿cómo se regulara el acceso al
“producto” para que la vida en general no se vea amenazada?
Pero,
por otra parte, invita a pensar en una tendencia futurista clara. Ya vimos cómo
un biohacker
implantaba un mini computador en su brazo, ahora estamos
a unos pocos años de poder reemplazar órganos vitales, ¿será que empezó la era
del transhumanismo?